Psicología con sentido común. 

He creado este espacio para que podáis encontrar, lo que yo llamo, la psicología para tod@s. A pesar de que detrás haya un sólido conocimiento científico, un marco teórico, una investigación y una minuciosa definición de los conceptos, procesos y funciones de la mente humana, mi deseo es llevar la psicología a tu propio terreno, para ayudarte a que lo entiendas y que puedas aplicarlo.

De la apatía a la serenidad

 No puede haber transformación de la oscuridad en la luz 
y de la apatía en movimiento sin emoción.

                                                                                                                               (Carl Gustav Jung)
                                                                                                                                                                            

22.10.2024

Vamos a empezar a adentrarnos en el tema de las emociones, uno de los temas de los que más disfruto. 

Hoy quiero compartir con vosotr@s unas cuantas observaciones sobre la apatía, voy a ser breve para darte solo una pincelada, una idea de lo que la apatía puede significar y te animo encarecidamente a que, si lo que estás leyendo reverbera en ti, te animes a que hablemos.Probablemente has sentido apatía en muchos momentos de tu recorrido vital y la has ignorado o ni siquiera te has percatado de que está caminando a tu lado. 

Eso suele ocurrir porque la apatía es menos intensa que otras de sus primas- emociones. Del griego: “A” = “Sin” y “Pathos” = “Emoción, conmoción”, la apatía es un estado de ausencia de sentimientos, y por tanto ausencia del movimiento. Veamos, si las emociones son lo que nos puede mover, su ausencia nos estanca. 

La apatía es como esta imagen que escogí para el post: es nada. Pero aunque no haya nada, siempre hay algo, porque dondequiera que haya aire, hay vida. Y donde hay vida, hay esperanza.

Aunque no es -estrictamente- una afección clínica, puede afectar a la salud de una persona si no se trata. En algunos casos, puede conducir a la depresión o ser un síntoma subyacente de una afección más grave, donde la apatía es uno de los síntomas relevantes y en estos casos el tratamiento sería más complejo, pudiendo volverse necesario un tratamiento médico coayudante junto a la terapia individual.

Estar apático es sentirse aletargado, ralentizado, como si todo supusiera demasiado esfuerzo. 

¿Es precisamente malo eso? No, no tiene por qué ser malo si sabes que llegará a su fin. Hay etapas en la vida en los que necesitamos sentirlos arraigados, inmóviles, en suspensión. Pero la apatía se convierte en problema cuando aspiras a otra cosa. Cuando tus pies están hundidos en este barro durante demasiado tiempo te cuesta salir, tal vez incluso te has olvidado de que significa caminar. 

Si lo que buscas son las causas de tu apatía, de tu letargo, hay muchas y cualquiera de ellas puede ser tu caso. Desde las causas orgánicas (falta de adecuado descanso, enfermedades subyacentes, deficiencias de la higiene de vida, cambios hormonales, consumo de sustancias,etc.), problemas de naturaleza mental (estrés prolongado, ansiedad, trastorno depresivo, esquizofrenia, etc.), problemas laborales o sociales (ausencia de apoyo, relaciones deficientes, etc.), cada apatía es distinta y cada una merece ser manifestada. 

Detrás de la apatía se esconden miedos, lucha interna, sentimientos de culpa o vergüenza, decepción con uno mismo y/o con los demás, abandono….

La ayuda de un profesional, imparcial y objetivo, en misión de velar por tu bienestar te brindará las herramientas personalizadas para que despiertes, para que renazcas.

  Me encantaría acompañarte para que tu vida recobre color.

Sé una pieza de alta relojería

Abre tus brazos al cambio, pero no dejes ir tus valores.

 (Dalai Lama)
                                                                                                                                                                            

4.10.2024

Me encantan las metáforas y me encanta trabajar con ellas, creo que funcionan muy bien en la terapia porque ilustran, de manera breve y pintoresca, lo que muchas veces no logramos expresar.


Hoy os traigo la metáfora del reloj, una de mis favoritas.

Le dijo el padre a su hijo: «este es un reloj que me dio tu abuelo, es de hace muchos años, pero antes de que te lo entregue a ti, te pido que vayas a una tienda de segunda mano y digas que quieres venderlo, para que compruebes lo mucho que vale».

El hijo se fue a la tienda y regresó con su padre diciéndole: «el de la tienda no paga más de 15 euros porque es un reloj muy viejo».

El padre le dijo:» Ve a otra tienda, a una de empeños donde la gente deja cosas valiosas a ver qué te dan por él «.

El hijo regresó diciendo que le ofrecían entre 150 y 200 euros. A lo que padre le respondió «Ve al Museo del Reloj y muestra ese reloj que tanto significa para nuestra familia».

El hijo, regresó todo emocionado diciendo a su padre: «¡Papá, quieren quedarse con el reloj, me han ofrecido 200 mil euros por el reloj del abuelo, dicen que es una pieza exclusiva!».

El padre dijo:

«Quería hacerte saber que el lugar correcto sabrá tu valor de una manera correcta. No te pongas en el lugar equivocado ni te enfades si no lo hacen. Quien sabe tu valor es quien te aprecia, no te quedes en un lugar que no te conviene, no te quedes donde no te dan el valor que sabes que tienes «.

A esta metáfora, tan cierta en mi opinión me gustaría añadirle un comentario, un consejo para ti: 

Que tú mism@ te percibas como este valioso reloj. 

Una pieza de relojería la guardas en su caja, la limpias, le cambias la pila, la llevas al relojero cuando se avería, la pones para una ocasión especial. Le tienes cariño, forma parte de tus recuerdos, evoca a la memoria momentos significativos.

¿Qué ocurre con un reloj de goma? Simplemente lo tiras y sustituyes por uno nuevo, probablemente otro de plástico que tenga su fecha de caducidad. 

Te deseo que seas como esta valiosa pieza de relojería, que apuestes por el autocuidado, la autoestima y el autogobierno, porque nadie es capaz de valorarlo de manera más justa que tu mism@.

Y si necesitas conocer tu valor, te ayudo a que lo definamos jun@s.

 

 

Empecemos

El primer paso no te lleva a donde quieres ir, pero te saca de donde estás.

(Anónimo)

19.09.2024

A los terapeutas se nos atribuye la misión de orientarte, de guiarte en el proceso para que las cosas mejoren. 

Entonces, ¿Por qué es tan difícil comenzar?

Porque gusta procrastinar, postergar y aplazar los cambios. 

Porque empezar algo nuevo da miedo.

Porque sientes que tu trayectoria es suficiente, porque te sientes cómodo o cómoda con como están las cosas o por simple pereza. La desgana efectivamente no hace perder la energía. Lo que ya conoces te resulta más fácil, no supone un esfuerzo.

Puede que a estas razones le añadas tus propios motivos que te parezcan ciertos y que incluso tengas algo de razón porque esta actitud te permite ahorrar algo de energía en ese instante, pero juega en tu contra con el transcurso del tiempo. 

Volvamos a la pregunta: ¿por qué realmente es tan difícil comenzar?

Porque requiere una revisión sincera. Requiere la valentía de toparse con las respuestas que puede ser que no te gusten. Y para que se produzca un proceso de transformación es necesario, imprescindible hacerles frente. Sin que esta parte más delicada y a más honesta por tu parte no hay espacio para cambio.

¿Quién eres? Seguramente crees que lo sabes, pero tal vez no sea del todo cierto. 

¿Qué es lo que valoras por encima de todo lo demás? ¿Qué es lo que de verdad te gusta? ¿Qué es lo que te parece bueno, placentero, divertido, cuanta gratificación necesitas para sentirte satisfecho? ¿Te preguntas que es lo que quieres? ¿Estás dispuesto a negociar contigo mismo? ¿O tal vez eres tu propio dictador y esclavo a la vez?

¿Qué es lo que te molesta en tu pareja, tus amigos, tus padres, tus compañeros, etc.? ¿Que puedes hacer al respecto? 

¿Qué les pides a los demás? ¿Qué aparentas o que tienes que soportar para satisfacer a los demás solo porque crees que es tu deber? El mero hecho de plantearse este tipo de preguntas significa que piensas, que reflexionas y que tienes ganas de hacer algo con ello, o al menos de saber de qué se trata. 

Atreverse a ser real puede ser peligroso, pero la consecuencia de quedarse en silencio puede ser peor.  

Y para ello aquí quiero estar yo, para estar contigo, por ti y para ti.

 

 

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